Niños influencers: la gran preocupación de los derechos infantiles

Los niños, como nunca, tienen una especial conexión con la cámara. Saben posar, hablarles, jugar. Y muchos de ellos enternecen con sus bailes, comentarios y dulzura cada vez que los encontramos en algún clip compartido en nuestras redes. Registros de estos pequeños que para algunos se ha ‘profesionalizado’, más bien para sus padres, quienes se han encargado de monetarizar esos momentos y convertir a sus hijos en estrellas de internet. Un mundo que explora el reciente -e inquietante- reportaje de la CBS con su especial Kid Influencers: Few Rules, Big Money (“Niños influyentes: pocas reglas, mucho dinero”).

La cadena de TV recorrió Estados Unidos mostrando la realidad de estos menores, desde aquellos que apenas alcanzaban 10 años hasta otros con medio millón de seguidores con apenas cuatro meses de vida.

Maquilladas, vestidas por estilistas, el reportaje se inicia con las famosas Clements Twins (@clementstwins), consideradas las “gemelas más lindas del mundo”. Ava y Leah posan para su session de Instagram -en una cuenta que llega a casi 1,4 millón de seguidores -en un club de yates de

Orange County. Su madre, Jaqi Clements, organiza sus trabajos, marcas asociadas y apariciones. Desde que tienen 6 meses y las llevó a sus primeras pruebas de cámara, ella no deja ningún detalle al azar en la imagen de sus hijas, quienes hablan con la CBS vestidas de Balmain.

Y no es para menos la preocupación de esa mamá, ya que la industria de marketing relacionadas con influencers ya ha movido alrededor de 8 mil millones de dólares en 2019 en Estados Unidos.

De hecho, hay eventos especializados para reunir a niños influencers. Uno de ellos se realizó en Nueva York, hasta donde fue la televisora para conocer a otro par de hermanas: Ava y Alexis McClure (@mccluretwins). Las niñas de 6 años, junto a su familia, tienen 5,1 millones de seguidores en sus redes sociales combinadas.

La cámara las sigue tanto para Instagram, como para YouTube. La mamá de estas gemelas dice que es “un trabajo de tiempo completo”. En paralelo, la abuela, en lágrimas comenta a los investigadores: “Son niñitas. Quisiera que fueran niñas”.

Karen North, PhD y directora del programa digital de la USC explica el fenómeno sobre el atractivo de estos niños en cámara: “A la gente siempre le han fascinado los niños actores, siempre bajo el escrutinio del público que ve las dificultades por las que pasan. La diferencia con el niño influencer es que no es un pequeño actuando para un show, sino que el niño es en sí el show. ¿Hacia dónde irán sus vidas? Todavía no lo sabemos”.

La experta señala que el gran cambio de los espectadores frente a un niño en cámara llegó con las redes sociales, ya que el entretenimiento se combinó con la interacción.

Por este nuevo escenario hay una preocupación creciente frente al gran número de niños compartiendo sus vidas en cámara.

En España, Lingokids -una plataforma digital para niños especializada en aprender inglés- hizo una encuesta preguntándoles a los chicos de 2 a 8 años qué querían ser cuando ‘grandes’. ¿El resultado? Deportista (26%), doctor o policía (ambos 22%) y 16% youtuber. El sueño de ser bombero, veterinaria u otra carrera absolutamente relegado en las preferencias.

Encuestas en Estados Unidos reportan la misma aspiración entre los menores de 12 años.

Pero muchos adultos se han sumado a esta exposición de sus hijos. Es el caso de Kyler y Madison Fisher, con su plataforma en YouTube Kyler and Mad Daily Videos, que registra todo lo que pasa dentro y fuera de la casa para sus 3,5 millones de suscriptores. El es un aspirante a estrella de música country y ella productora, la familia tiene 5 millones de seguidores en Instagram. Pero 3 millones son exclusivos de sus gemelas de 3 años (@taytumandoakley).

Lo más fuerte es cuando el periodista de CBS le preguntan a las gemelas Taytum y Oakley si saben qué es IG y ellas miran al horizonte, y hablan de “gatitos”.

En el papel, tanto Instagram como Youtube no permite a menores de 13 años. Algo imposible de controlar. Josh Golin lidera la Campaña for a Commercial-Free Childhood, donde enfatiza que las plataformas “se hacen las desentendidas sobre cómo se explotan a los niños”, ya que les reportan millones de visualizaciones a la red.

Así el experto en derechos del niño cuenta que Ryan Kaji (8), el niño mejor pagado de YouTube con una fortuna de 22 milones de dólares gracias a su canal Ryan’s Toys Review le da ganancias de 15 millones de dólares a YouTube por emitir sus videos de comentarios de juguetes.

Además, Golin explica que sacar juguetes u otros productos de cajas es un aviso comercial y los niños que ven eso no tienen ese discernimiento.

Jackie Coogan y Chaplin.

Desde 1939 en Estados Unidos existe la Ley Jackie Coogan, en referencia a la estrella infantil del mismo nombre que alcanzó la fama de la mano de Charles Chaplin, que protege a los menores en el ámbito laboral. Les asegura descanso, derecho a educación y, no menor, que 30% de sus ganancias ingrese en una cuenta a su nombre, de la que podrá disponer al cumplir los 21 años.

Décadas antes que Macaulay Culkin, Coogan demandó a sus padres por su dinero, que ya lo habían gastado.

La Ley Coogan no se aplica los niños influencers de internet.

Todos los niños -en edad suficiente para entender las preguntas- señalaban el mismo discurso a la CBS: “Esto no es un trabajo. Nuestros papás no nos obligan…”.

La industria de marketing de influencers proyecta un crecimiento de 15 mil millones de dólares para 2022. Y no serán pocos los padres que querrán su tajada con las ‘gracias’ de sus niños.

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