Muñoz Ledo: por una reforma salarial. UACH: hacia una refundación de clase internacional.

Como ya es sabido el nuevo gobierno de México ha implementado notables incrementos al salario mínimo diario sobre el que se fundan las relaciones laborales en nuestro país. El aumento salarial puesto en vigor implicó el crecimiento de un 16.2% para el salario mínimo general, cuya cifra pasó de $88.36 a $102.68, mientras que el salario mínimo especial o fronterizo se ubicó en 176.72 pesos, con un incremento del 100%.

Porfirio Muñoz Ledo, formal Presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de diputados -y real asesor-operador del Presidente Andrés Manuel López Obrador-, basándose en razonables conceptos de teoría económica, y sobre todo en consideraciones imbuidas de lógica, sentido común y justicia, ha anunciado la promoción de una iniciativa de ley para que los criterios socioeconómicos y estadísticos de bienestar familiar y número de integrantes del núcleo familiar sean obligatoriamente tomados en cuenta por la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos, cada vez que éstos sean revisados para su actualización.

La medida propuesta por Muñoz Ledo es, además de justa, parte importante de un nuevo modelo de estabilidad económica interna que parece estar empezando a instaurarse en el país. Para nadie es un secreto que el incremento en el poder adquisitivo de los trabajadores permite a éstos mayor capacidad de compra de bienes y servicios, con la consecuente mejora de la calidad de vida de ellos y sus familias, así como la elevación del consumo interno y el aumento de la derrama económica en dicho rubro. El flujo de capital derivado de ello hace que al aumentar la demanda de satisfactores –bienes y servicios de diversos tipos- se activen tanto el consumo como la producción, así como la generación y el pago de impuestos, y de manera potencial se detona la generación de empleos y el ahorro, todo lo cual conlleva al fortalecimiento general de la actividad económica nacional. La modificación a los salarios mínimos -que hemos visto en las recientes semanas- así como la propuesta legislativa que Muñoz Ledo pretende impulsar para garantizar la razonabilidad de su monto y su estabilidad, constituyen las bases de lo que es prácticamente una inusitada reforma salarial.

El tiempo moderno ha alcanzado a la Universidad Autónoma de Chihuahua. La actual administración de la emblemática casa de estudios chihuahuense, encabezada por el Rector, Luis Alberto Fierro Ramírez, se ha echado acuestas la impostergable tarea de someter a dicha institución a una profunda reforma administrativa y académica, ante los actuales reclamos de los entornos local, nacional e internacional. El proyecto consiste en disminuir la dispersión y duplicidad administrativa, concentrando las funciones de esta naturaleza –algunas de las cuales antes eran realizadas doblemente por las direcciones de facultades y la Rectoría-  en la administración central de la universidad. Asimismo, el innovador plan pretende cambiar el actual modelo de 15 facultades, para adoptar un nuevo esquema de aglutine en 6 divisiones todas las carreras que hoy oferta esa institución educacional. Además, se busca fortalecer en el aspecto académico a las facultades, desvinculándolas de cualquier tarea administrativa para que enfoquen su labor únicamente al desarrollo de funciones de docencia, investigación, y difusión y extensión cultural.

También los programas académicos han sido objeto de una sustancial reestructuración, y su objetivo principal se centra ahora en la enseñanza y evaluación de las competencias y habilidades de los alumnos, más que en los contenidos teórico-cognoscitivos. En opinión del Rector, las tres habilidades básicas que deben tener los egresados son: lectura, escritura y matemáticas.

Estos cambios que hoy empiezan a darse en la UACH, han sido diseñados por sus directivos y docentes, aunque adoptan algunos postulados emanados de la Conferencia Mundial sobre Educación (París, 2009), así como ciertas directrices formuladas por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Hoy prácticamente todos los niveles de la educación pública en México aún siguen desdeñando estos nuevos paradigmas internacionales, sin embargo, lo hecho por la actual administración de la UACH es una innovadora iniciativa que habrá de trascender en el tiempo y el espacio. El inédito proyecto de transformación institucional puesto en marcha por la UACH ha empezado a cobrar resonancia internacional, pues varias universidades de Nuevo México (Estados Unidos) y algunas instituciones educativas de Moscú (Rusia), se han acercado a la UACH para establecer convenios de colaboración con esta casa de estudios, a fin de conocer y adoptar su proyecto. Con bases racionales y acciones concretas los actuales directivos de la UACH trabajan en la ambiciosa y loable meta de refundar a esta institución, para colocarla en un nivel de competitividad internacional.

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