Evo Morales convoca a “diálogo nacional” y arremete contra la OEA
CIUDAD DE MÉXICO (apro).-El expresidente Evo Morales convocó desde México a un “diálogo nacional, cívico, con agenda abierta” para resolver la crisis en Bolivia, y exhortó a las Naciones Unidas a rechazar el “golpe de Estado” en su contra al considerar que la Organización de Estados Americanos “no está al servicio del pueblo latinoamericano, está al servicio del imperio norteamericano”.
Morales añadió: “Por supuesto, si mi pueblo lo pide estamos dispuestos a volver, a pacificar(…) Vamos a volver tarde o temprano, lo antes posible”.
En su primera conferencia de prensa como asilado político en México, el líder boliviano negó haber cometido un fraude electoral y criticó a la cúpula militar –que le “sugirió” renunciar– y a sus opositores políticos quiénes según él “vienen de la dictadura militar”; y afirmó que la toma de posesión de la legisladora Jeanine Áñez como presidenta interina de Bolivia violó la constitución.
“Todos se juntaron y dijeron que nosotros somos autoritarios (…) Aceptamos inclusive desconocer el resultado de las elecciones, porque Evo ganó la primera vuelta”, recalcó.
Y deploró: “No entiendo cómo mis comandantes podían tener tanta deslealtad, digo, claro: mi gran delito es ser indígena”.
También criticó a Luis Almagro, al que acusó de “llevar a una matanza en Bolivia”, e insistió en que “cualquier muerto que aparezca va a ser de su responsabilidad; están incendiando el país”.
“La OEA no está al servicio del pueblo latinoamericano, está al servicio del imperio norteamericano”, sostuvo el exmandatario, quien consideró que el organismo entregó una “decisión política, no técnica ni jurídica”.
“Paren estas confrontaciones, vámonos al diálogo nacional, al día siguiente de mi renuncia hubo cuatro muertes”, dijo el exmandatario, y afirmó que “pensaba que al día siguiente (de la renuncia) habría paz, tranquilidad”.
“Nunca he pedido a ninguna institución que haga una cosa ilegal”, afirmó el boliviano en referencia a las irregularidades documentadas durante la jornada electoral del pasado 20 de octubre por una auditoría de la OEA.
El líder boliviano subrayó que el crecimiento económico del país sudamericano –basado en nacionalizaciones y en “liberarnos de imposiciones extranjeras–, se logró gracias a su “continuidad” de casi 14 años en el poder.
Reiteró que “ése es un problema de clases”, y acusó que “lo que hemos construido con mucho esfuerzo, ahora están destruyendo con mucha agresividad”.
Recordó que su gobierno dotó con recursos a las fuerzas armadas y la policía bolivianas –mismas que pidieron su salida del poder–, y deploró: “Nunca pensé que este equipamiento iba a ser contra el pueblo boliviano”.
“Como en tiempos de la dictadura ahora veo tanques”, subrayó, y, tras exhortar a “parar el sicariato”, advirtió que “por mi experiencia, el pueblo no se para con bala”.