Claman por rescatar los fideicomisos; beneficiarios viven incertidumbre
La extinción de los fideicomisos no es solamente un decreto legislativo, tiene rostro y voces que exigen que los recursos para la ciencia, tecnología, creación artística, protección de víctimas, agricultura, pesca, entre otros fines, se mantengan.
Las comunidades en pobreza también resentirán los efectos de la desaparición de estos instrumentos financieros. Por ejemplo, comunidades costeras de la Península de Yucatán que no obtienen recursos suficientes de la pesca y que reciben dinero del Fondo para el Cambio Climático —que está en la lista de los que se eliminarán— ahora están en vilo.
Para especialistas consultados, el fin de los fideicomisos no tendrá el impacto deseado, pues, aunque la decisión busca acabar con la opacidad de estos mecanismos, prevén lo contrario.
Académicos y expertos de instituciones como el Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE) aseguran que la extinción de los 109 fideicomisos representará mayor opacidad, ya que, ante la falta de normas, los recursos ahora podrían utilizarse con discrecionalidad.
Para los directamente afectados, la eliminación de los fideicomisos significa no sólo pérdida de recursos, sino, también, de oportunidades, retrocesos en luchas de años, así como detrimento en su independencia económica y creativa.
Recorte agranda la pobreza
El fin de los 109 fondos tiene rostro de pobreza, opacidad, freno a la ciencia y tecnología, mayores riesgos ambientales y cancelación de búsquedas de víctimas, según los propios afectados, quienes insistieron en que se mantengan y no se dé marcha atrás a decenas de actividades que dependen de ellos. Su extinción representa un reto para quienes necesitan recursos fundamentales para su labor en las aulas, en los refugios, laboratorios, talleres o en la calle buscando a sus seres queridos o apoyando a víctimas del crimen.
EL CIDE SE VACÍA POR LA FALTA DE RECURSOS
Desde el año pasado son varios los profesores del Centro de Investigación y Docencia Económicas los que han abandonado a la institución.
Desde el inicio de este sexenio, cuando los recortes comenzaron a llegar a las instituciones académicas, como en el Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), se dio de baja 15% de la plantilla de los Profesores Investigadores Titulares (PIT). De los 120 que había, 18 profesores se fueron de la institución.
“El número del personal académico disminuyó significativamente en 2019 en comparación con otros años. Durante el periodo 2019 se dieron de baja 18 profesores investigadores titulares (PIT). La mayoría de este personal académico, ante la incertidumbre generada por las nuevas disposiciones generales en materia de remuneraciones y la pérdida de competitividad salarial, buscó otros horizontes de crecimiento profesional.